2. CUADERNO DE NOTAS STEAMPUNK
Todo profesor necesita un cuaderno de notas que es como una extensión de la persona mismo y este año he decidido cambiar de estilo. Durante dos años seguidos he sido fiel a las Gorjuss y este curso tocaba renovarse. Durante el verano he descubierto el steampunk y el estilo me ha fascinado: decadente y victoriano, moderno y misterioso. Decidí investigar sobre el estilo steampunk en el scrap que parece ser una tendencia que está entrado con fuerza últimamente y hacer mi cuaderno de notas para este curso 2014-15. Los retos que se me presentaron fueron:
1. La practicidad y el peso del cuaderno en sí
2. Qué técnica utilizar
3. Había colecciones de papeles que pudiera utilizar
4. Y sobretodo que me durara todo el curso, ya que es un objeto que se utiliza constantemente.
Partí de cero y utilicé cartones y anillas para hacer la estructura.
Lo forré con tela de lino y pegué papeles a los que había hecho embossing con las fundas de Tim Holz y le di a todo un par de capas de gesso. Luego le pegué los engranajes troquelados de la colección de Prima para Big Shot que me envió una de mis mentoras Montse Gómez Yera y le volví a dar un par de capas con gesso. Una vez se secó el gesso le pegué algunas tuercas, botones y demás tornillería y volví a darle otra capa de gesso.
Ahora venía el momento de las tintas y utilicé las Dylusions de Ranger. Supercontenta estaba yo con el resultado que se me cayó el alma a los pies cuando vi que las tintas se diluían y la intensidad se desvanecía. ¿Qué había hecho mal? Inicié mi investigación y pregunté a las grandes sabias (Ruth Bernal y La Reina Limonera) y averigué que dependiendo del gesso que utilices (si es muy líquido)absorbe las tintas que uses. Y bueno como nunca te acuestas sin saber nada nuevo me sentí más tranquila por unos breves momentos. Hasta que a mi mente acudió la siguiente duda: ¿Y ahora cómo lo soluciono? Decidí poner un par de capas de pasta de modelar que parecía más sólida y consistente y volvía a poner las tintas. Y sí, gasto de energía y de tintas, pero no había más. La intensidad se mantuvo aunque mi aventura no había acabado.
Aunque estaba satisfecha del resultado las tintas no se fijaron permanentemente. Había partes que cuando las tocabas te manchaban. Maria de Bámbola me sugirió que le pusiera un spray fijador y así lo hice. Encontré uno satinado y di una capa protectora a la portada.
Y ya sólo queda el interior.
y los separadores de las diferentes secciones del cuaderno de notas.
Y el resultado final!!
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